Comunicado de prensa
UN TRAFICANTE SEXUAL CONDENADO A HASTA NUEVE AÑOS DE CÁRCEL TRAS DECLARARSE CULPABLE DE OBLIGAR A UNA ADOLESCENTE A PROSTITUIRSE
La fiscal del distrito de Queens, Melinda Katz, ha anunciado hoy que Tyquan Henderson ha sido condenado a un máximo de nueve años de prisión tras declararse culpable de tráfico sexual de una niña que entonces tenía 16 años. La víctima fue obligada a mantener relaciones sexuales con desconocidos a cambio de dinero en mayo y junio de 2018.
«El acusado utilizó la intimidación y la manipulación para obligar a una adolescente a prostituirse. Utilizó a esta víctima para llenarse los bolsillos con el dinero que ella ganaba vendiendo sexo a extraños», dijo el fiscal Katz. «El tráfico sexual es una empresa brutal y degradante. Mi Oficina seguirá trabajando incansablemente para liberar a las personas atrapadas en la industria del comercio sexual.»
El acusado, de 24 años y conocido por el nombre callejero de «Gun Play», de la calle 156 de Queens, se declaró culpable en enero de 2020 de tráfico sexual ante el juez en funciones del Tribunal Supremo de Queens Peter Vallone Jr, quien le impuso hoy una pena de entre tres y nueve años de prisión.
Según los cargos, la víctima conoció al acusado a través de un amigo común cuando sólo tenía 15 años. Aproximadamente un mes después, cuando la adolescente había cumplido 16 años, volvió a encontrarse con el acusado y en esa ocasión éste la obligó a mantener relaciones sexuales y sexo oral con hombres a cambio de dinero en efectivo. Henderson empezó a programar citas para estos encuentros y le dijo a la niña que se refiriera a él como «papá». Además, Henderson amenazó verbalmente a la adolescente con hacerle daño si no ganaba suficiente dinero. Le dijeron que debía ganar un mínimo de 500 dólares cada noche.
La menor escapó de la acusada, según las actas judiciales, cuando visitó la casa de una amiga y la madre de ésta llamó a la policía.
La investigación corrió a cargo del detective James Rufle, antiguo miembro del Equipo de Trata de Seres Humanos de la División de Antivicio del Departamento de Policía de Nueva York.
La fiscal adjunta Jessica L. Melton, jefa de la Oficina de Trata de Personas de la Fiscalía, llevó el caso bajo la supervisión general del fiscal adjunto ejecutivo de investigaciones Gerard A. Brave.